¿Con qué tiene que ver la terapia Psicosensorial?
Para nosotros todo es energía en movimiento, desde la parte más densa y física, pasando por el emocional, mental y restos de cuerpos. Cuando estamos con alguien, a nivel terapéutico, la actitud es la de sentir o percibir, más allá de sus palabras…
Según Jung, nuestra psiquis busca abrir el diálogo con nosotros mismos y nos trae información de tres maneras sucesivas: primero psíquicamente, como en los sueños; segundo, a través del “destino”, como en los accidentes, enfermedades de contagio, etc.; y tercero, a través de trastornos orgánicos y desórdenes físicos. De aquí que nosotros le damos una importancia fundamental a los sueños, es una manera, en la que aprendemos, escuchamos a nuestro interior y actuamos.
Para poder hablar de los sueños es importante entender qué ocurre a nivel fisiológico.
Fisiología del Sueño:
Dentro del sueño se distinguen distintas fases que se identifican por la existencia o no de un movimiento rápido de ojos REM (Rapid Eye Movement), que es visible debajo del párpado para el observador.
En el sueño no-REM (NREM) que se llama también sueño lento, se distinguen también cuatro etapas (Bobes, Díaz y Bomper, 1999): La Etapa 1 de transición de la vigilia al sueño, ocupa cerca del 5% del tiempo de sueño en adultos sanos, desaparecen las ondas alfa que en el EEG corresponden a la vigilia y son substituidas por ondas más lentas (ondas theta) propias del sueño NREM.
También aparece un enlentecimiento del latido cardíaco. Durante esta fase, el sueño es fácilmente interrumpible. Esta etapa dura pocos minutos. La Etapa 2 aparece a continuación de la 1 y representa más del 50% del tiempo de sueño. Se caracteriza por ondas electroencefalográficas con una frecuencia mayor que las theta. El tono muscular se hace algo más débil y se eleva el umbral del despertar. Corresponde al principio del sueño propiamente dicho.
Las Etapas 3 y 4 se corresponden al sueño más profundo porque durante ellas aparecen las ondas delta, que son muy lentas. El tono muscular es débil y la frecuencia cardiaca y respiratoria disminuyen. Durante ellas ocurren los sueños, así como los episodios de terror nocturno en el niño y los episodios de sonambulismo. Los movimientos oculares, si existen, son lentos.
Después de pasar por estas etapas, durante unos 70 a 120 minutos, suele presentarse la primera fase REM (Rapid Eye Movement, Movimiento Rápido de Ojos). El tiempo que se tarda en iniciar esta fase nos dará la latencia REM. El sueño REM ocupa el 20% del tiempo total del sueño en el adulto, aunque varía con la edad, siendo mayor en los niños y en él se observan descargas de movimientos oculares rápidos y una abolición completa del tono muscular, la frecuencia respiratoria y el pulso se hacen más rápidos e irregulares.
Luego, las diferentes fases del sueño se alternan cíclicamente a lo largo de la noche, durante la primera parte del sueño predomina el sueño NREM y durante la segunda los periodos REM se van haciendo más largos. Durante el sueño normal aparecen periodos de vigilia tan breves que pueden no ser recordados al día siguiente.
En el sueño NREM descansamos y nos recuperamos físicamente de la vida diaria.
En el sueño REM nuestra mente descansa de la realidad, viajando a su propia realidad.
Para nosotros este es un punto muy importante. Los “sueños” son muy diferentes en estas dos fases. Mientras que en los primeros o sueño NREM los sueños tienen relación con los acontecimientos de la vida diaria, pueden ser de descarga, “sueños” en los que decimos a alguien lo que no nos hemos atrevido a decir…, hacemos cosas que no nos permitimos hacer en la vida diaria; también en esta fase tenemos las pesadillas, etc.
En la fase de “sueños” REM, nuestra mente viaja y es cuando podemos encontrarnos con los sueños “Lúcidos”, con sueños en los que nos vemos como “en otra vida”, sueños en los que “volamos”; también nos podemos encontrar con personajes importantes para nosotros, seres queridos muertos (no es lo mismo soñar con ellos en esta fase que en la otra, escribiré sobre ello), nuestros guías…
Y para poder entrar en el universo de los “sueños” un punto muy importante y al mismo tiempo muy diferente a nuestra consciencia ordinaria, SU LENGUAJE. El lenguaje de los sueños es, por decirlo de una manera sencilla, especial.
Todos sabemos que es un lenguaje simbólico, no es al que estamos acostumbrados a entender, por eso a veces tenemos que tener paciencia y hacernos las preguntas adecuadas para poder acceder a lo que nos está comunicando nuestro inconsciente.
Los personajes también pueden ser esas personas con las que soñamos y darnos a conocer aspectos que en la vida diaria no vemos; tanto de nosotros hacia ellos, como de ellos hacia nosotros.
Muy importante es cómo nos sentimos en el sueño. Es un dato que nos puede permitir ver si el personaje pertenece a un aspecto de nosotros mismos, o tiene relación con la persona con la que soñamos.
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